El ansia de libertad que late en el interior de todo ser humano ha cobrado un sabor especialmente intenso este último año. Un año caracterizado por las restricciones y las distancias, pero que no ha sido capaz de sofocar nuestro afán de autonomía. Al contrario, tras este año el albedrío nos rebosa por todos los poros y aparece en cada instante, en cada sabor, en cada baile, en cada deseo, en cada abrazo.
Hay palabras que no caben en la sucesión de sílabas que las componen. Hay ideas, hay anhelos, hay sentimientos que se solidifican al pronunciarlas, que pierden su naturaleza de ser movimiento. Ninguna lengua humana es capaz de describir la fluidez de los procesos. Hay términos absolutos como “libertad”, “amor”, “aceptación”, “siempre”, “deseo” o “imaginación”, que necesitan de alguna otra palabra que las complete, que nos recuerde la condición cambiante de todo lo que está vivo. Precisamos que algo nos haga acordarnos que es inútil tratar de agarrar con nuestras manos cualquiera de estos conceptos, que solo es posible navegar a través de ellos. Por eso, escogimos la palabra “AGUA” para acompañarlas. Por eso, para referirnos a ese baile que bulle en nuestras entrañas lo llamamos “LIBERTAD AGUA”.
Nos encontramos con que cada cual escondía dentro suya un personaje y un cante que podían ayudarnos en esta travesía. De modo que formamos grupos para hacer que, como aquel arpa que dormía en el ángulo oscuro del salón, las músicas que escogimos nos dijeran “¡Levántate y baila!”.
I. AGARRÁNDONOS A LA VIDA
De las cosas que hemos aprendido en estos duros tiempos amenazados por la pandemia es a poner en primer lugar lo esencial, lo que está cargado de vida. Y a eso nos agarramos. Defendemos ese soplo de vida como un territorio propio. Zalameras y curiosas, como los gatos. Con el alma en la ventana, con la risa y la inocencia del payaso. Este huracán de mujeres de los grupos de Autoestima Flamenca de Casco Antiguo, Macarena y Polígono Norte interpretan fragmentos de Fantasmas de la Guerra, de Manolo Sanlúcar, y Aire, de José Mercé.
II. DAME LO QUE ME HAS ESTADO ROBANDO
La libertad florece a partir de que consideramos que es algo que no se nos viene dado. A pesar de las zancadillas que recibe a cada instante. Por eso es preciso pedir lo que nos corresponde, con el empeño de recuperar lo que continuamente nos pretenden robar. Por eso nos auxiliamos a través de la serenidad del vuelo de los pájaros, del disfrute que emana el movimiento hipnotizante de Ursula Andress, del ingenio y la libertad de Isadora Duncan y, en fin, de la inspiración de los artistas. Por eso los grupos de Autoestima Flamenca de Casco Antiguo, Macarena y Polígono Norte bailamos Dame La Libertad de El Lebrijano, interpretado con el cante de nuestras queridas compañeras Fina Salgueiro y Lola Martín Calleja, con los arreglos musicales de su hermano Manuel Calleja.
III. EXPLOSIÓN
Hoy vivimos las emociones como una explosión, nos rebosan cuando nos llenamos de vitalidad y nos convertimos en mar, cuando el hada que vive dentro de cada cual reparte con su varita mágica felicidad y nos inunda de gratitud, cuando nuestra niña interior nos colma de la alegría del juego, cuando nos convertimos en música y compás. Los grupos de Autoestima Flamenca de Macarena y Polígono Norte interpretan fragmentos de Mi Niña Se Va a La Mar, de Camarón; Amor, de Demarco Flamenco; El Mal de Amores, de El Don del Aire, y Báilame Lola, de Galván Real.
IV. RENACERES
Renacemos con la soledad de las serpientes, cuando nos transformamos en una fuente de agua cristalina o en ese mar – fuente de placer y alegría; cuando ese patito feo que llevamos dentro nos permite ponerle fin a las inseguridades gracias a la dicha de la pertenencia; cuando una simple ramita de romero y una rosa nos inundan de la eternidad del amor; cuando somos tierra, encina, sombra, cobijo. Renacemos siempre que nos ponemos en el camino.
Los grupos de Autoestima Flamenca de Macarena y Polígono Norte interpretan fragmentos de El Río Os Espera, de Dorantes; Como El Agua, de Camarón; Flor de la Noche, de Vicente Amigo; Palabras Para Julia, de Reina Roja; Las Caritas Desnudas, de La Susi, y Roma, de Vicente Amigo.
V. SEMILLA FLAMENCA
Un grupo de semillas de los Corralones de Castellar germina en el Palacio del Deán. Y en cada cual brota el Carácter Flamenco. Y en cada cual brota una rama, la rama de la nobleza del caballo, la atención y la curiosidad del gato, la autodeterminación y la capacidad de transformación del camaleón, la libertad de la mariposa, la fuerza y el infinito del mar. Nos enraizamos, nos bañamos de la noche y del sol de la empatía, del sol de la alegría. Estas semillas crecen, forman entre todas un arbusto que se mueve agitado por el viento de la libertad.
El grupo de Autoestima Flamenca “Flamenco Power” interpreta fragmentos de Oye Como Viene, de Chano Domínguezl; La Geisha Gitana, de Javier Ruibal, Déjame Vivir, de La Mari de Chambao con Jarabe de Palo; Mi Danza y Despertaré, de Fuel Fandango; Entre Dos Aguas, de Paco de Lucía; y Agua Misteriosa, de La Shica.
VI. ABRAZOS ALADOS
Abrazos alados. Abrazos que nos regalan alas, abrazos que nos impulsan a realizar nuestra propia odisea. Abrazos de palabras, abrazos canción para que cada cual lo vista del baile propio, del baile comunitario. Y si los abrazos estuvieron bajo sospecha, habrá que recuperarlos, que se nos va la vida sin ellos. No estamos dispuestas a privarnos de la danza que se despierta dentro nuestra cuando nos abrazamos, y también cuando nos apiernamos. Con la libertad indómita del águila, con el fuego de su mirada atenta y directa, con el amor con el que cría a sus polluelos. Abrazos con los que volar por las profundidades de la tierra. Abrazos alados.
Al cante y al baile de Carlos le acompañaron los grupos de Autoestima Flamenca “Flamenco Power”, de Macarena y Polígono Norte
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